Los jóvenes, y en
especial los universitarios, volvemos a recibir, como ya es habitual, otra
noticia triste. El Ministerio de educación, presidido por el poco honorable
José Ignacio Wert, ha aprobado el real decreto conocido como “3+2” que flexibiliza la duración de los
grados ofreciendo a las universidades la posibilidad de ofertar grados de tres
años más dos años de máster.
Esta medida ha sido
aprobada sin el mínimo consenso que requiere una reforma de tal calado, si bien
el titular de educación nos tiene tristemente acostumbrados a este estilo que
podemos tachar, por qué no, de déspota. El nuevo sistema establece la
posibilidad de concluir un grado en tres años, y no cuatro como son
actualmente, pero obliga a complementar el grado con un Máster, cuyas tasas
pueden llegar a costar en algunos casos el doble que las titulaciones de primer
ciclo. El ministro Wert afirma que “la reducción en un año de la duración de
los grados supondrá un ahorro en el coste de las tasas para las familias de 150
millones de euros” pues “solo un 20% de los alumnos optan por cursar un máster,
ya que hoy por hoy no es un requisito imprescindible para acceder al mercado
laboral público y privado”. Estas afirmaciones ponen de manifiesto la incompetencia de Wert en materia de
educación, lo que le lleva realizar un
análisis sesgado de la realidad social e influenciado por los intereses ocultos
tras esa fachada de “hermanita de la caridad” que dice aprobar el decreto como
medio de fomentar y abaratar la educación. Si bien, es de sobra conocido que
los motivos que impulsan al ministro a llevar
a cabo esta medida no son más que los propios de un gobierno obcecado en
la privatización, mercantilización y destrucción de lo que queda de nuestro
actual estado de bienestar. Evidentemente, como bien afirma Wert, “solo el 20%
de los alumnos optan por cursar un máster”, pues la subida de las tasas universitarias
y el recorte en becas dejan a gran parte de los estudiantes sin la posibilidad
de cursar uno. Esta decisión de cursar o no un máster no es, por tanto, tal
decisión, sino una práctica de obligado seguimiento por parte de aquellos
alumnos con mayores dificultades económicas, pues no es cierto que el mercado
laboral no exija la posesión de un máster.
El decreto de Wert
supondría un agravio comparativo entre quienes cursasen un grado de tres años y
aquellos que cursasen el grado de cuatro años o los tres años de grado más dos
de máster, supondría por tanto la
implantación de una universidad elitista y clasista.
Para Wert la
implantación del decreto “3+2” vendría justificada por la necesidad de adaptar
el espacio educativo superior español al espacio europeo, lo que de por si
resulta incongruente pues se le daría a cada universidad la posibilidad de
seguir con el actual modelo “4+1” o adaptarse al modelo “3+2” eliminando de
este modo la unanimidad en la forma de impartir los grados en el territorio
español, se pretendería por tanto
generar un consenso en la duración de los grados con la unión europea a costa
de crear disparidad dentro de las universidades españolas. Que nuestro sistema
educativo superior sea diferente al del resto de Europa no lo hace peor,
recordemos nuestro modelo sanitario, o lo que queda de él, que es un referente
a nivel mundial.
Desde
Jóvenes por Zamora queremos recordar al señor Wert, y al Gobierno en general,
que dejen de ser marionetas tuteladas por Europa, y al resto de los ciudadanos
que luchen por sus derechos, porque ahora sí, “es nuestro momento”.
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